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Kit básico de herramientas Vol.3

La reina de cualquier jardín es la regadera. Las hay de distintas formas y tamaños. Si tenés una huerta, es fundamental contar con una. Y en ese caso te conviene que sea grande y con flor para regar de forma pareja y evitar que el agua desplace las semillas o dañe las hojas de las hortalizas.


Para regar árboles, arbustos Y plantas de interior, conviene tener una regadera con pico alargado, para que el riego resulte abundante pero no moje las hojas. Para cactus y suculentas pequeñas, o para hacer multiplicación botánica, te recomendamos una regadera pequeña, con la que puedas controlar bien el caudal de agua. Obviamente que en estos dos casos podés reemplazarla por una botella de plástico y un jarrito.


Si tenés que regar balcones, patios o terrazas con manguera, agrégale accesorios que te permitan darle a cada planta el agua en la forma en que la necesita. En todos los casos, evitá mojar el follaje mientras se riega.


Con los rociadores vas a poder aplicar remedios y productos líquidos sobre las hojas de las plantas que así lo requieran. También son útiles para rociar especies epífitas (plantas que no requieren de sustrato para vivir) y el follaje de helechos, cactus selváticos y algunas plantas de interior


INARI Tip: Nunca uses el rociador para mojar las hojas y los tallos de los cactus o de las suculentas porque en este tipo de plantas esa humedad favorece la pudrición y la aparición de hongos.

PH Alex Loup

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